SANTIAGO.-
“Nunca había visto una intervención electoral tan inaudita como la que acabo de escuchar“, fue la respuesta de
Jorge Segovia, cuando promediaba la conferencia de prensa que en otro sector de la capital ofrecía a esa misma hora
Marcelo Bielsa.
Literalmente, Segovia tiene razón: fue una intervención electoral. El propio Bielsa lo reconoció:
“esto mismo debería haberlo hecho en el pasado para pronunciarme a favor de Gámez (Raúl, ex Presidente de Vélez Sarsfield) y me quedé callado. Hoy no quiero cometer el mismo error”.
En lo personal, al contrario naturalmente de lo que opina el candidato opositor, que se siente “tocado” directamente por los conceptos emitidos por el entrenador nacional, creo que
Marcelo Bielsa estaba en todo su derecho a hacer lo que hizo.
Más aún, creo que fue muy bueno lo que hizo, porque en dos horas expresó mucho más de lo que había dicho en los dos años que lleva en Chile. Aclaró muchos puntos que siempre estuvieron en medio de una nebulosa. Hizo luz donde había oscuridad. Y se jugó valientemente por una opción en las elecciones de la ANFP, lo que es perfectamente válido.
Bielsa en la conferencia de prensa. Un detalle: por primera vez se presentó sin el uniforme oficial de la selección
¿Acaso los ministros, intedentes y otros personeros públicos no se juegan por la continuidad de un proceso político que los representa?
Aparte, Bielsa lo hizo con fundamentos irrebatibles, respecto a su negativa a seguir al mando de la selección nacional si Jorge Segovia gana las elecciones.
Por ejemplo, no le pareció correcto como se manoseó el caso del “Pipa” Estévez en Unión Española; manifestó su abierta contradicción con el “draff” de jugadores por considerarlo un trato denigrante; se mostró totalmente en desacuerdo con el “ninguneo” hacia los hinchas porque no son los que votan y planteó una interrogante en la qué obviamente tiene toda la razón:
“¿cómo puede decir el señor Segovia que va a apoyar y respetar todos los puntos de mi contrato con la ANFP si ni siquiera conoce esos puntos?
PUNTOS MUY ACLARATORIOS
En una columna anterior a ésta, quien escribe planteó que las elecciones las ganaba Segovia con un 52% de la votación, porcentaje y escenario que hoy por hoy todos asumen como el más probable.
Se entendió, sin embargo, por parte de muchos lectores -seguramente porque yo no me expresé bien- que mi escrito era un apoyo a la candidatura de la oposición, en circunstancia que solamente quería reflejar hechos que a mi juicio eran irrebatibles.
Más aún, puedo jurar que jamás he cruzado alguna palabra con el Sr. Segovia, pero sí le reconozco que -a mi juicio- hizo un gran trabajo de desarrollo y crecimiento con la Univeridad Sek y en lo deportivo – institucional con la Unión Española. Argumentos sólidos que permiten suponer que podría ser un buen presidente de la ANFP.
Pero, eso no lo transformaba ni lo transforma en candidato de mi preferencia, ya que mi simpatía personal está mucho más cercana a Harold Mayne-Nicholls, a quien sí conozco muchísimo, desde que éramos colegas de profesión y posteriormente a través de su ejercicio directivo.
Más aún, me hago eco de unas palabras dichas por el propio Bielsa que comparto plenamente: Harold es un persona absolutamente transparente, cristalina, químicamente pura.
Lo que no significa que no haya cometido errores, que son los que ahora a lo mejor le están contando el puesto y que se redundan principalmente en una sola palabra: COMUNICACIÓN.
Hoy, Bielsa apeló también a aquello e hizo lo que nunca había hecho: COMUNICÓ, dio a conocer sus sentimientos y el porqué de algunas de sus actuaciones, que en algún momento parecieron tan polémicas.
Por ejemplo, lo relacionado con la visita de la selección a La Moneda. Aclaro que no soy Piñerista, porque también algunos lectores me reprocharon aquello tras la columna anterior, pero sí me molestó que un extranjero no saludara a un presidente de mi país, democráticamente electo por el pueblo. Podría haber entendido algo así con Pinochet, pero no con un mandatario que -nos guste o nos guste- es la máxima autoridad y la mayor representación de Chile.
Hoy, después de escuchar la explicación dada por Marcelo Bielsa le encuentro toda la razón y sinceramente no creo – como si lo creí en su momento- que haya sido descortés. Porque personalmente también encontré exagerado que se celebrara en la Plaza de la Constitución una actuación en el Mundial que no daba para celebraciones. Se había cumplido y punto, como lo reconoció el propio entrenador nacional. Bielsa estimó que se hacía demasiada parafernalia con un éxito que no era tal, buscando tal vez otros intereses mediáticos. Es perfectamente atendible su explicación y su desagrado por una invitación impuesta, como también lo es el hecho que no haya saludado a Ruiz Tagle, porque efectivamente éste fue exageradamente efusivo con un par de jugadores que antecedían en la fila al técnico y que conocían al ahora personero político por su paso en Colo Colo. Bielsa, dice, que no quiso interrumpir esa charla y siguió de largo, pero sin el ánimo de ofender a nadie. Personalmente, le creo a pie juntillas que fue así.
También me pareció aclaratoria otra situación que yo reproché en su momento, por considerarla extremadamente autoritaria y vejatoria en contra de quienes no tenían ninguna responsabilidad en los hechos. Me refiero a la marginación de los jugadores de Universidad de Chile, devueltos desde el Medio Oriente. Bielsa asegura que lo habló con los jugadores involucrados y que les aclaró perfectamente que lo hacía para protegerlos a ellos, para que después no fueran a tener problemas con su propio club. Conociendo como se manejan algunas personas y funcionarios del directorio de Azul Azul, expecialmente aquel “Gerente Malo” al que no quiso referirse con nombre y apellido, es razonable aquel temor respecto a represalias. Incluso, a propósito del mismo tema, aseguró que cualquier jugador que integrando la selección nacional tuviera algún problema físico (no importando la cuantía del mismo) podía tener la seguridad que iba a recibir la mejor atención médica en el menor lapso posible. Esto, porque desde Santiago se criticó aquella vez a propósito de la lesión de Seymour que la selección viajaba sin kinesiólogo.
En la misma gira, otra actitud polémica del propio Bielsa fue la inclusión como titular en ambos partidos de Roberto Cereceda. Fue otra cosa que queríamos escuchar y aunque particularmente sigo estando en desacuerdo con que haya vestido la camiseta nacional un jugador con dóping positivo de cocaina, es respetable el aspecto humano al que hizo referencia el entrenador, argumentando que todos podemos equivocarnos alguna vez en nuestra vida.
En fin, de una charla que duró casi dos horas y media se podrían seguir extractando cosas durante toda la noche, como la forma en que ha abierto Juan Pinto Durán a quienes hayan querido conocer su trabajo (sea o no sea gente del fútbol), su acercamiento a los técnicos que han trabajado con las selecciones menores (lo que se contradice con lo planteado hace pocos días por Ivo Basay), sus esfuerzos por dejar obras que constribuyan a mejorar el fútbol chileno desde sus raíces, su afecto y admiración por los hinchas, su conocimiento de la idiosincrasia del pueblo chileno, etc, etc.
Que lata que hayamos tenido que llegar a un punto de quiebre para conocer así, tan profundamente, al Bielsa que nos parecía un “7″ como entrenador, pero que nos dejaba dudas en cuanto a su condición humana.
Hoy, al menos para mí, apareció una persona tan inmensa, profunda y directa como el juego que practican sus equipos en la cancha.
A lo mejor fue demasiado tarde. Y tal vez haya sido la última vez que podamos escucharlo así, a corazón abierto.